La tortura de los vagos

Aguardemos sentados a la movilidad y cuando este cerca: ¡dejémosla pasar!.
Que no nos toque la iniciativa. Que no nos contagien el entusiasmo. Que no nos cuenten de logros, que no nos expliquen los éxitos. Que no nos hablen de esforzarse, que acaso no me ves quejándome de todo lo que no es y podría ser.
Que si me muevo no tengo tiempo para recriminar al país. Que si encuentro iniciativa no puedo protestar por lo que me falta. No quiero que me enseñes a crecer, déjame estancada.
Déjame tranquilo que me agrada la inmovilidad. No me toques, ni me empujes de mi inercia. Si vienen vientos de cambio cerrá las ventanas. No quiero renovación, no quiero cambio, no quiero revoluciones, no quiero pensamientos vanguardistas.
Que la vida es un libro de quejas y la tinta no se acaba.
Anota con letra grande las premisas de tus días, sostén de tus actos:
Ostracismo
Aburrimiento
Rutina
Desgano
Inmovilidad
Estancamiento
Saca la silla a la vereda y sentate a ver como se te pasa la vida, y si te aburrís mucho espera hasta la semana.

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