Pelea

-...Mírame a los ojos cuando te hablo, yo soy tu padre y a mi me vas a respetar...- (podría haberlo mirado, pero mi orgullo me dominaba a pesar de mis modales. No podía mirarle a los ojos, no por que no pudiera, sino porque esta vez ya no quería). Continuó hablando con más ira al darse cuenta que esta vez no le tenía miedo, la voz fue aumentando, y la cabeza entera empezaba a tornarse mas colorada y le sobresalían algunas venas al costado izquierdo de la cara a medida que sus gritos subían de volumen. Las oraciones luego de los primeros diez minutos se fueron deformando con tantas palabras sin sentido, la bronca lo encegecia e impedía que pensara una oración completa. El mismo se respondía sus mismas preguntas, no daba tiempo a nadie, solo el y su verdad retumbaban en las paredes de la casa. -... la puta madre, soy tu padre y en esta casa se hace lo que yo digo-.
Sería estúpido negar que no tenía miedo, pero el miedo que sentía no era por ese mal momento, sino por sus consecuencias. Intente levantar la vista, podía sentir que tenía ambos ojos rebalsados de lagrimas, no quería moverme bruscamente para que no se cayeran las gotas de mis ojos, nadie podía verme llorar esa noche, mucho menos mi padre.
Mientras que mis pensamientos bloqueaban la realidad, mi padre continuaba mas enfurecido que una bestia. Intente sentarme de repente, algo andaba mal en mí, comence a mirarme sentí un gusto amargo en el pecho y tres punzadas, algo hacia que cada vez que respirara me doliera algo adentro. Pedí ayuda, pero una mano me hizo reaccionar cuando esta golpeo con todas las fuerzas el lado izquierdo de mi cara. Atine a taparme, pero fueron reflejos tardíos. Caí de rodillas al suelo y la misma mano me empujo contra una mesa.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...