Tres mujeres

Nacidas de la misma tierra húmeda, tres mujeres con vidas dispares, lavaban ropas a orillas del río. Juntas habían nacido el mismo día, pero la mas grande tenía sesenta y cinco años. Había perdido tres hijos y un esposo hacia mas de un lustro. La otra cincuenta y tres años, casada con un buen hombre con quien compartía sus dos hijos varones. Y la otra tenía treinta y tres años, supo estar casada, tenia un niño pequeño y lavaba ropa para poder comer.
Ése día surgió la idea como muchos otros días, de filosofar, pero el tema elegido había sido Dios. Solían tener largas horas de conversación fértil, mas pura que la habitual y mas metódica que la instrucción.
La vieja que solía llevar un rosario de madera colgando del cuello desde que se encontraba sola en el mundo, comenzó su retórica con la simple afirmación de la existencia de Jesús, Dios y un Espíritu Santo.
La mas joven oía mientras frotaba con sus dos manos ropa ajena.
La del medio interrumpió las oraciones de fe, rescatando que ella una vez había creído en eso ya dado, pero no mas. No creía en Dios.
La joven, cuyo turno se esperaba por su habitual silencio, solo sonrío unos momentos y pregunto, ?cómo es Dios?.
La vieja, que solía tener opiniones formadas explico que era su Dios quien le había dado la vida, y fue ese mismo Dios quien le había sacado a sus tres hijos. Era su Dios la potencia que todo lo hacia, con mas fuerzas que la energía de la naturaleza.
La del medio lo negó. Dios definitivamente no existía.
La mas joven buscó a su hijo con la mirada, se encontraba sentado junto al río sobre una piedra, sintiendo el agua fría en sus manos lastimadas de trabajar, miro su reflejo en el agua, y junto a ella a su hijo, y dijo, Dios solo existe porque tiene que explicarme esto.

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