La tierra de las maravillas

Es raro, a veces la vida tiene color gris y está poco iluminada. Parece un paisaje de Londres, demasiado suave que no motiva a mucho. Los días se vuelven previsibles. Pero igual es la única que tenemos. Eso lo cambia todo.


Arriesgarse mucho puede resultar demasiado arriesgado, pero la pasividad no da lugar a mucho. Nos encontramos con mil rostros que nunca vamos a saber sus nombres, nos cruzamos con tantas personas que podrían haber cambiado nuestras vidas en un segundo, pero quedaron en el camino como parte del paisaje.

Los años pasan de prisa, a muchos la cara le cambia, el cuerpo cambia, hasta las horas de descanso. Los gustos, las alegrías, los miedos, las tentaciones.

Hay momentos que nacen de la percepción de uno mismo que se quedan grabados en la cabeza, y se repiten aunque el lugar es otro. Como si se adaptasen, sensaciones que se adaptan a muchas circunstancias. Un caminar con lluvia por la calle Alvarez Thomas en verano, o estar mirando por la ventana en Barcelona. Caminar por las montañas o conocer el desierto. Son momentos únicos que pasan muy de vez en cuando pero que le dan sentido a la única oportunidad que tenemos. No vivir para buscarlos nos llevaría a la locura constante de preguntarnos que sentido tiene la vida. La vida es la única oportunidad que tenemos para sentirnos vivos. Cada quien a su manera.

Luciana Salvador

1 comentario:

Bartolomé dijo...

Realidades muy bien escritas. Solo hay una oportunidad. Los años lo demuestran. No say but today. Lo importante son las personas, los sentimientos y las sensaciones. Justo hoy estaba tomando café, y me paso algo como lo que tu dices.
Has vuelto a dar en el clavo.

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