Porque cierro los ojos y todo empieza de nuevo


Puedo perderme en el pasillo, entre el comedor y la cocina y quedarme quieta, muy quieta y parada en la Gran Vía recordando que apenas hace un rato estabas aquí.

Aquí y pensé en Alta Gracia y Catamarca.

Puedo abrir la heladera, ir al bargueño, poner la radio, dibujar o salir a jugar con la simple promesa de hoy, especialmente hoy no pelear. 

Puedo crecerme en un botón de tu camisón cuando pienso tu olor y antes de cruzar Balmes, justo antes y queriendo, llenarme de escalofríos la piel, toda la piel cuando encuentro tu voz en Muntaner y cierro los ojos.

Los cierro con fuerza, con mucha para que no se escape tu voz y somos dos. Nosotras dos, un cuento y la excusa de no querer dormir para no dejarte ir.

Luciana Salvador Serradell


Ser

Ella Frances Sanders
Puedo ser la mano derecha que se apoya sobre tu izquierda o el agua que se queda adentro cuando todo se vacía. Puedo ser el eterno nudo que nunca te suelta, la esquina que hay delante o el color blanco de tu servilleta de papel. Puedo ser el hueco que deja la almohada en la que duermes, el sabor salado que te invade o lo suave de una caricia cuando se toca hablando. Puedo ser el abecedario, el día que viene mañana o la circunferencia perfecta del círculo que deja tu dedo índice cuando aprieta mi mano derecha.


Luciana Salvador Serradell

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