Eva Creel |
Carolina se ata con un hilo fino su
pensamiento más liviano para no perderlo cuando se sienta sola a tomar café en Bruc
y todo esto que hoy tiene que pesarle, no la aplaste. Carolina se pone plumas en la
suela de los zapatos y hace agujeros a sus medias de seda beige para que el viento la
acaricie, si es que hoy decide despegar. Carolina respira hondo cada sorbo de
resignación para tragar despacio, bien despacito todo esto que hoy le toca cuando tiene que
conformarse con un único pensamiento liviano que no quiere perder cuando se
sienta sola los martes a fumar un cigarro.
Por Luciana Salvador Serradell
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