Anka Zhuravleva |
Los qué tal de Ethel que empezaron hoy con un qué tal si no tengo ganas de mirarte a la cara y decirte que está todo bien. Bien por dentro y por fuera, si lo de adentro es todo mío, de Ethel, y lo de afuera, lo de afuera está podrido.
Qué tal si hoy me compro un litro de Coca Cola, dijo Ethel, y me la tomo de un sorbo hasta que el gas se me suba a la nariz, me explote en los ojos y te monte un pollo. Un pollo grandísimo, extremo y sublimemente hormonal porque tengo unas ganas exageradas de llorar.
De llorarme y no se porqué.
Qué tal si hoy me dejas tranquila la cabeza, en pausa y desconectada, sin gracia, sin ganas, sin fe. Aquí y así. Sentada y con un vaso vacío dando pena y mucha porque la botella se terminó y Ethel, Ethel no lloró.
Luciana Salvador Serradell
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