Adiós a la princesa de Leticia

Se despertó antes de las siete y se sacudió las ratas. Se preparó un café cargado, tomó una ducha y se vistió con la ropa de siempre pero sin antifaz y sin espejo. Ese día no era para ser princesa. Salió por la puerta grande con una bandera blanca y el mástil herido. Había decidido darle tregua a todas las batallas, retirar lo dicho y empezar a respirar de cero. Dejar de tapar los agujeros con Paracetamol, los alborotos de la soledad y las ciudades en paz. Ya no más empantanarse con los recuerdos, empezar a caminar sola y mandar al diablo el diablo y el resto al carajo. Esquivar leones y las escupidas que van contra el viento. Igual que despedirse de la mala sangre y los intratables desquiciados. De los monigotes, los imbéciles y de su vanidad. De las brujas y las que te sirven cianuro con el té. Todo porque Leticia se despertó con ganas de poner la cabeza al mando y el corazón en segundo plano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonita narración.

FMF dijo...

HOLA, GRACIAS POR PUBLICAR EN EL VIRTUAL POST.
TE HE MANDADO POR CORREO TODO EL TEMA DE LA PUBLICACION DE WILD GIRLS. ECHALE UN VISTAZO EN CORREO MASIVO.
PEGA SI PUEDES UN LINK DE LA REVISTA EN TU BLOOG.
GRACIAS SALUDOS.

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