La vida te mira desde arriba y vos te mandas la cagada.
El público se para y vos te mandas la cagada.
Se encienden las luces y vos te mandas la cagada.
Se callan todos y vos te mandas la cagada.
Si hubiese tenido un día menos, un día más, en otras circunstancias, estaba bajo presión, no me quedaba otra. Me la jugué. Y la cagada es, existe y forma parte de un hecho consumado. Se define por sus consecuencias y cada acto tiene explicito su consecuencia misma. La cagada también.
Pero bueno, cada cual se la cura como quiere. Pero está. Dura un par de días. Te come algún rincón de la cabeza. Te saca algo de ganas pero te hace recapacitar: no lo vuelvo a hacer.
Dos semanas después la cagada se repite inevitablemente.
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