Cuando las mujeres quieren, cuando lo hacen con locura como lo hace Bárbara, su mundo se les hace grande y pequeño. Ese mundo inmenso que cabe entre sus piernas cuando terminan de parir, cuando terminan de curar, cuando empiezan a cocinar. Cuando salta al precipicio y se deja enroscar por la magia, esa magia que solo las mujeres sienten. Cuando de un armario descuelga un vestido vivo para volverse a enamorar, para querer hasta el límite del arco iris y un sin fin de veces más desde el principio y hasta el final. Desde el parto que la hizo hija y el otro que la acaba de hacer madre. Por eso tiene ahora la panza vacía y el corazón grande, los pechos llenos y los ojos pequeños, dolió. Todos los partos duelen pero cuando las mujeres quieren, cuando lo hacen con locura como lo hace Bárbara, su mundo se les hace grande y pequeño y siempre hay magia. Magia aquí, magia allí, en el campo y en la ciudad. Anoche en el de Bárbara, hubo dos veces magia. Así sucede cuando las mujeres quieren.
5 comentarios:
Muy bonito.
realidad expresada, madres hay muchas, pero mía ,solo una. encantador escrito.. me gusta, gracias...
Gracias por esos "me gusta". Gracias Mila, me pasé por tu blog: Te felicito, empezaré a leerte!
Que lindo!!! Escribir sobre una amiga y sobre el milagro de dar a luz.
Gracias Viviana, que lindo que te gustó el relato! Muchas gracias!!!
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