Pepa sale de cacería
En las noches salvajes de luna llena, en esas noches cuando todos los lobos salen a comer, Pepa se pinta de barro para taparse el olor. Ese olor a mujer que para algunos quita permiso femenino. Ese olor que dicen que los tienta. Por eso sale vestida de estatua desde los pies a la cabeza, una estatua viviente con una escopeta y una red. Una escopeta que espanta lobos con licencias. Con demasiadas licencias por el mero hecho de estar hambrientos. Y una red para rescatar a las que salen sin saber. Sin saber que hay lobos malos con intenciones falsas, que se visten de civil y que se esconden por allí.
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