Los fe de erratas de Laura
Laura se para bajo el marco de la
puerta y la sostiene con todas sus fuerzas para que no se le caiga la
casa encima. Y de la fuerza que hace se le corta la respiración, el
corazón se le sube a la boca y le late demasiado cerca de la cabeza.
Demasiado cerca de los pensamientos sin remedio, los que ponen
a Laura del revés y contra el paredón. Los que estropean la razón
y desarman el corazón. Los que duelen y no se sabe donde duelen y
se mastican también cuando se duerme. Los que arruinan lo querido, lo que Laura más quería.
Los que cambian la cara, los que no se deben tener. Y la casa se le
viene abajo, la casa que Laura quería. La que quería hasta que dejo
de sentirse una idiota para sentirse completamente idiota. Y con las
dos manos sostiene lo insostenible y hace fuerza para volver a
tragarse el corazón que se le escapa. Que se le va por la puerta que
se abre cuando se dan las despedidas. Se va por todas las fe de
erratas en las que Laura se excusa cuando intenta soñar un
rato.
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