Katia Chausheva |
Bienvenidos a mi infierno amarillo y pasajero, de cuando no me quiero y el vacío insustancial de lo somero y frívolo. De todo lo visible y liviano que se vuela y se quema.
Bienvenido a mi infierno amarillo de los pensamientos infinitos. Del acertijo trivial, la respuesta vana y el encontronazo frívolo de dos rotos saludándose al llegar y al partir.
Bienvenida a mis supuestos de todos los hubieses y que ahora son fracasos. Bienvenida a mi yo sincero, a este. Al segundo lleno de jamases y de todos mis nunca.
Luciana Salvador Serradell
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