Hubiese preferido una de esas cartas formales, esas que tienen fecha, saludo cordial y sobre con estampilla. También hubiese preferido lo de contar los meses hasta el aniversario, lo del vestido y la casa con tres habitaciones. La cama compartida, la cena, los fines de semana y su canción. Tachar los días hasta las vacaciones de verano, las compras en coche, el congelador repleto y tres manteles para elegir. Hubiese preferido ser la dueña del suavizante, la de la ropa interior en el grifo de la ducha y la que colecciona la vajilla de porcelana. Hubiese preferido ser la que espera la telenovela de las tres de la tarde, la deportista del planchado, la guardiana del termómetro y la que sacude el colchón. También hubiese preferido ser la protagonista en su álbum de fotografías, en el comedor de su casa, en los contactos de su móvil y la dueña del florero de margaritas que nunca le compró.
3 comentarios:
Impecable.
Gracias Ingrid.
Muy, muy bueno. Hay una evolución curiosa de tu blog. En este falta el nombre que luego les pones. Pero Es igual. Esa vida imaginada, posible, sencilla, que puedes dar al leer, pero tu relato deja abierta la duda, porque no la tuvo.
No se si conoces la canción de Serrat Penélope. Pues esta seria ella. Tu historia completa aquell.
Al libro con este relato.
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