Massimiliano Minocri |
Que algo inmensamente grande le ocurra hoy después de salir de la cama. Después de vestirse. Después de caminar por la calle, su calle. Después de respirar hondo, después del semáforo.
Fue una milésima de segundo en el que las probabilidades se mezclaron con esta realidad infinita de su cuerpo inerte que consume de día y de noche, en blanco y negro. Un instante que al final fue menos que el momento que podría haber hecho propio.
Suyo.
Una batalla campal por las posibles consecuencias que le valieron madre. Le valieron madre por eso del miedo, el miedo a que a los sueños sean tan poderosos que ni siquiera cumplirlos pueda superar lo que le hacen sentir antes de dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario