Elisa y las locuras que deja el amor

Philippe Halsman
Se despertó a las diez y era la primera vez. La música le cantaba a la radio y de las sábanas salió oliendo a mermelada de arándanos y fresas, la piel suave y los pulmones llenos de aire. Se lavó la cara sin querer y los dientes también.

Un café negro y se sentó frente a la ventana del comedor con un cigarro de esos largos, una cerilla que encendió y la angustia de los cuervos cuando buscan los restos para volverlo a oler mientras del otro lado del vidrio se pasea un pez con siete patos.

Una nave espacial se da la bienvenida en la acera y hombrecitos de Lilliput pasean en bus con Hitchcock. Mientras tanto el tiempo, ese al que Sabina llama canalla, dejó a Elisa con ganas de más cuando él colgó su reloj en ese cuadro de Picasso y se fue de vacaciones de verano a Málaga en mitad del invierno.


Luciana Salvador Serradell



No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...