Desde hace ya unos años fui advertida sobre los estragos de la fama y la popularidad que te vuelan la cabeza cuando golpean a tu puerta. Por eso mismo tome clases para evitar cualquier posibilidad de Snobismo en mi vida. Cuando naci, conmigo colapasaron las mismas estrellas que una vez iluminaron a Marylin Monroe y que escucharon los primeros llantos de Tina Turnar. Estratégicamente mi vida fue planeada desde los umbrales del mitológico Efeso.
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