Saul Leiter |
Aveces y de la nada se le venían a la
cabeza fragmentos de recuerdos de un mundo inacabado. Una trenza que
se desarma, la sensación del pelo desenroscándose y el dolor del
movimiento. Podía estar sentada tomando un té o incluso parada y
apretada en un rincón del metro cuando la cabeza se le iba a
instantes, a otros.
A otra realidad que se le dibuja pura y que hasta
entonces no recordaba o no recordaba que recordaba. Flashbacks repentinos de instantes
pequeños.
Un sol que quema y el olor a jabón de la ropa. El ruido
seco que hace el viento al golpear contra las sábanas tendidas. Un grito,
un grito que le es familiar pero no reconoce. Lo piensa de nuevo
antes que se le escape el tono cálido de la voz pero Lara no lo
recuerda y sin embargo sabe que está ahí, a menos de un centímetro
de saberlo. Moja de nuevo la cuchara en la taza y saborea el té como
antídoto para despejar la mente pero no puede.
Lara se pierde cada
vez más en esos recuerdos que busca descifrar. Es una fotografía
mental añejada que cobra vida, le explica a su hija cuando
esta intenta que no se pierda y le empuja otra cucharadita cargada de
té antes de que se vuelva a ir.
2 comentarios:
Estupendos e interesantes estos relatos cortos. Me gusta mucho lo bien que descifras las escenas.
Un cordial saludo.
Ramón
Muchas gracias Ramón por tu comentario. Me alegro que te gusten mis relatos. Un cordial saludo, Luciana.
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