Un proyecto a medias tintas

Me llamo Luciana y soy un proyecto de algo. Un proyecto a medias tintas. Un proyecto en fin. Una canción en la memoria de alguien. Un olor, un color, un día de su vida. Soy el tiempo que no pasa en mi cara, soy el año en el que todo se perdió. Soy un sin sentido con sentido. Soy ganas y perdidas de horas. Soy la hipótesis del destiempo. Un viaje al futuro sin agujero negro, un café sin cafeína o una Coca Cola sin gas. Soy un átomo que piensa. Soy un ser errante con varios domicilios. Una baldosa floja en un día de lluvia o la marea que sube y se lleva tus cosas. Soy el agua que se evapora a los 30 grados. La cucharada de sal de más o el ácido del limón que se come el esmalte de tus dientes. Soy un mail, una postal, una carta o una foto en Internet. Soy un inmigrante y una extranjera, ni de acá y ni de allá. Soy una llamada telefónica, un sonido de móvil. Una excusa de minutos en la vida. Una respuesta. Soy cinco años o dos, o tres, o diez. Soy frágil, soy piedra, soy efímera. Envasada en inglés o en castellano. Un proyecto a medias tintas. Tintas verdes, rojas, lilas, fucsias, naranjas, amarillas, azules, grises, blancas, negras, marrones, rosas...

Giving you up

We don't have what other have. We don't have long night conversations, not even phone talks. We don't have coffee breaks or good bye kisses. We don't share good night wishes or breakfast hugs. We don´t share a house, we don´t share a city. We don´t share dreams and hopes and illusions. You don´t see me cry and I don´t see you laugh.

Hablando de eso

La música se coló un segundo en mi cabeza y recordé. Te recordé. Te recordé tal cual te quería. Tuviste muchos rostros, muchas voces. Fuiste varios hombres y de cada uno me enamoré. Eras limón, eras algodón, eras colonia y perfume.
Tuviste varios nombres, algunos duraron más que otros. Fuiste alto, estatura media, ojos celestes y también marrones y verdes. Sonreíste con gracia, incluso cada vez que me despedí. Tu música todavía se cuela por segundos en mi cabeza.

Buenos aires

El mundo gira sin respiro. Aquí y allí todo sigue igual. Una luz naranja como la que apareció una vez por la Avenida Alvarez Thomas, hoy se asoma por mi ventana en la calle Panissars. Estoy lejos de Buenos Aires, tan lejos en distancia y tiempo que hace que un tango que nunca escuché se vuelva nostálgico. Hasta el olor de allá me es porteño. Un olor mental. Existe solo en mi cabeza y lo puedo sentir cuando escucho una milonga. Taxis, cines, la Avenida Cabildo y los caudales de la Libertador. Hoy paseo por Barna, más venida a menos y yo más vieja. La crisis la golpea. Y del otro lado del mar respira una ciudad que no me deja olvidarla. Hay luces, esquinas con historia, gente que conozco. Amores que ahora andan con otros amores. Bares, música, mi calle, mi barrio, mi hermana, mi vieja y mi viejo.
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